Cómo tratar el espolón calcáneo

El espolón calcáneo es un problema cada vez más frecuente en pacientes del pie, hoy os mostraremos de qué se trata, cuáles son sus síntomas, tratamiento y en qué se diferencia de la fascitis plantar.

 

¿Qué es el espolón calcáneo?

El espolón calcáneo es un crecimiento inusual del hueso del talón en forma de lanza o triangular. Se relaciona con la fascitis plantar, ya que se produce cuando el tejido elástico que une el talón con la zona inferior a los dedos (fascia plantar) se somete a una alta tracción y sobrecarga, lo que genera unas microrroturas en su inserción.

Esta parte se calcifica formando dicho hueso que provoca un dolor agudo, como si de pisar un clavo se tratase.

 

Causas del dolor

Las causas del espolón calcáneo se deben a diversos factores, pero el más claro es el propio hueso en forma de lanza o triángulo, que se crea por la acumulación de calcio.

Otros factores que se tienen en cuenta, que aumentan las probabilidades de que aparezca dicha lesión, son:

  • Tener problemas posturales como el pie muy arqueado o plano.
  • Sufrir sobrepeso. Este exceso produce un aumento de la presión sobre la bóveda plantar, lo que genera distensiones continuas con la fascia plantar.
  • Practicar deporte en superficies duras y con un calzado inadecuado que no amortigüe debidamente durante un tiempo prolongado.
  • Padecer enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide y la gota.
  • La edad también interviene ya que la degeneración progresiva de los tejidos debido al envejecimiento agrava y propicia las alteraciones.

Estos factores propician la aparición de esa lesión, que resulta molesta y pueden llegar a interrumpir nuestra rutina diaria.

 

espolón calcáneo

Síntomas del espolón calcáneo  

Como se ha comentado anteriormente “el espolón calcáneo provoca un dolor intenso en una zona, como si se pisara un clavo”. Este dolor es más notorio por la mañana, llegándose a calmar con reposo y apareciendo de nuevo tras la actividad intensa y prolongada, impidiendo al paciente llevar a cabo una rutina normal.

 

Diagnóstico diferencial como la fascitis plantar

El espolón calcáneo se confunde bastante con la fascitis plantar, no hay que confundir, ya que en la fascitis plantar el dolor se distribuye por toda la cara plantar del pie y del talón. Aparece de forma intensa, obligando al paciente a cojear y no de forma especifica en un punto del pie, como el talón calcáneo.

Desaparece tras un descanso prolongado y reaparece tras periodos seguidos de actividad. Se reduce gracias a tacones que disminuyen la tensión entre la fascia plantar y los gemelos.

Centrándonos en el diagnóstico, es recomendable revisar la historia clínica del paciente, antecedentes familiares, hábitos, tipo de calzado que utiliza normalmente, traumatismos y actividades deportivas, por ejemplo.

Tras el diagnóstico, se procede al examen clínico para detectar la patología y a la prueba radiológica, para ver si existe dicha calcificación con forma de lanza o triángulo, si no se da el caso, estamos hablando de fascitis plantar.

 

 

Tratamiento del talón calcáneo

El tratamiento para el talón calcáneo varía según la fase en la que se encuentre el paciente, se pueden dividir en 3:

 

Fase 1: Dolor Intenso o Agudo

Esta fase del tratamiento consiste en combinar medicación para combatir la inflamación y ejercicios de fisioterapia destinados a disminuir la inflamación.

 

Fase 2:  Diagnóstico y Tratamiento

En esta segunda fase, se lleva a cabo un estudio biomecánico de la pisada (puedes encontrar más información aquí) para saber si tiene relación con la pisada del paciente, para que, en caso positivo, se diseñan unas plantillas personalizadas para destensar la fascia y se pueda iniciar de nuevo la actividad, disminuyendo la recaída, de modo que se aplique una especie de tacón que acerque la fascia plantar y los gemelos.

La cirugía, en casos más severos, es una opción.

 

Fase 3: Implantar nuevos hábitos y actividad al paciente

Por último, una vez pasada la fase aguda y el diagnóstico, se implica al paciente, ya que debe incorporar nuevos hábitos en su vida como ejercicios y estiramientos para una total recuperación y recaída.

 

 

Prevención y recomendaciones

Como se ha mencionado anteriormente, el uso de plantillas y adoptar nuevos hábitos ayudan a evitar la recaída del paciente. Asimismo, se recomienda reducir el exceso de peso e incluir en la dieta alimentos alcalinizantes, que contengan magnesio, silicio y zinc.

Procura utilizar un calzado adecuado y acudir a un profesional para llevar a cabo un estudio de la pisada que diagnostique posibles patologías.

Es muy importante, a la hora de realizar actividad física, calentar y estirar debidamente, si aparece de nuevo el dolor, se recomienda aplicar frío en la zona varias veces al día durante 10 minutos aproximadamente, además de mantener los pies elevados al final de la jornada.

 

Resumen

  • Es importante acudir a un profesional que diagnostique la patología con antelación.
  • Hay que seguir el tratamiento e involucrar al paciente para evitar la recaída.
  • No hay que confundirlo con la fascitis plantar.

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