Las principales causas del pie de atleta y cómo prevenirlo

El pie de atleta, conocido también como tiña pedis, es una infección causada por hongos que afecta la piel, generalmente entre los dedos de los pies. Esta afección suele ocurrir en personas que experimentan sudoración excesiva en los pies, especialmente cuando usan zapatos ajustados.

pie de atleta

Los síntomas del pie de atleta incluyen un sarpullido escamoso, rojo y con picazón. Es una condición contagiosa que se transmite fácilmente a través de superficies contaminadas como pisos, toallas o ropa.

El pie de atleta está relacionado con otras infecciones fúngicas, como la tiña corporal y la tiña inguinal. Aunque puede ser tratado con medicamentos antimicóticos, es común que la infección regrese si no se toman medidas adecuadas de prevención

Síntomas del pie de atleta

El pie de atleta puede afectar a uno o a ambos pies, y los signos y síntomas comunes incluyen piel escamosa, agrietada o que se descama entre los dedos de los pies. También es frecuente sentir picazón, especialmente justo después de quitarse los zapatos y los calcetines. La piel puede volverse inflamada, presentando tonos rojizos, violáceos o grisáceos, dependiendo del color de tu piel. Otros síntomas incluyen ardor o escozor, así como la aparición de ampollas. Además, la piel seca y escamosa puede extenderse en la parte inferior del pie hasta el costado de este.

El pie de atleta se debe al mismo tipo de hongo (dermatofitos) que causa la tiña y la tiña inguinal. Los calcetines y zapatos húmedos, las condiciones cálidas y la humedad pueden favorecer la proliferación de estos organismos.

El pie de atleta es contagioso y puede propagarse mediante el contacto con una persona infectada o con superficies contaminadas, como toallas, pisos y calzado. También puedes propagarlo del pie a otras partes del cuerpo, especialmente si te rascas o te tocas las partes infectadas del pie.

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Factores de riesgo del pie de atleta 

Corres un mayor riesgo de desarrollar pie de atleta si se dan ciertas condiciones. Por ejemplo, si usas calzado cerrado con frecuencia o sudas intensamente, el riesgo aumenta. Además, si compartes alfombras, tapetes, ropa de cama, ropa o zapatos con alguien que tiene una infección fúngica, también puedes estar más expuesto. Otro factor de riesgo importante es caminar descalzo en áreas públicas donde la infección puede propagarse, como vestuarios, saunas, piscinas, baños y duchas comunes.

Complicaciones 

La infección del pie de atleta puede propagarse a otras partes del cuerpo cálidas y húmedas. La tiña inguinal suele producirse por el mismo hongo que causa el pie de atleta. Es habitual que la infección se propague del pie a la ingle, ya que el hongo puede trasladarse a través de las manos o las toallas.

El pie de atleta a veces puede causar infecciones bacterianas.

Prevención 

Estos consejos pueden ayudarte a evitar el pie de atleta o a no contagiar a otras personas:

Para prevenir el pie de atleta, es importante dejar que los pies se aireen siempre que sea posible, utilizando sandalias para que puedan respirar. Además, es fundamental lavarse los pies a diario con agua tibia y jabón, asegurándose de enjuagar y secar bien, especialmente entre los dedos. Si eres propenso a esta infección, puedes aplicar un polvo medicinal para pies, como Tinactin, Gold Bond, Lotrimin AF o Zeasorb, para mantenerlos secos y prevenir la proliferación de hongos. También es esencial cambiarse los calcetines al menos una vez al día, y más frecuentemente si tus pies sudan mucho. Los calcetines de algodón son una excelente opción, ya que absorben mejor la humedad que los de nailon. Alternar los pares de zapatos cada día permitirá que el calzado se seque y ventile adecuadamente entre usos. Además, es recomendable proteger los pies en lugares públicos, como piscinas, duchas y vestuarios, usando sandalias o zapatos impermeables. Finalmente, si vives con otras personas, evita compartir zapatos, ropa de cama o toallas sin lavar, ya que esto puede aumentar el riesgo de propagar la infección.

Calzado adecuado para prevenir el pie de atleta 

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Para prevenir el pie de atleta, es crucial elegir el calzado adecuado. En primer lugar, asegúrate de que los zapatos sean de la talla correcta. Un calzado demasiado ajustado puede generar humedad excesiva, creando el ambiente ideal para el crecimiento de hongos. Además, los zapatos demasiado grandes pueden causar rozaduras y fricción, aumentando el riesgo de infección.

Es importante optar por zapatos que permitan la transpiración del pie. Los materiales naturales como el cuero o el algodón son ideales, ya que favorecen la circulación del aire. Es mejor evitar materiales sintéticos como el plástico o el vinilo, que dificultan la evaporación del sudor.

También es recomendable elegir zapatos con suelas antideslizantes y flexibles, que ofrezcan una buena amortiguación. Esto ayudará a reducir el impacto en los pies y minimizará el riesgo de lesiones. No olvides que el calzado debe ser cómodo y ajustarse bien al pie, evitando cualquier tipo de presión o incomodidad.

Si experimentas alguno de los síntomas del pie de atleta, te recomendamos que acudas a profesionales para un diagnóstico adecuado. Puedes obtener más información o solicitar una consulta en Escaño (clínica podológica). ¡No dejes que la incomodidad se convierta en un problema mayor!

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