Cuando en Clínica podológica Escaño hablamos de pie zambo, nos referimos a un tipo de anomalía en la que el pie no se apoya correctamente o tiende a descargar hacia un costado (interior o exterior), llegando a producirse lesiones por la mala distribución del peso y la fuerza.
Causas
Nuestros profesionales en podología nos explican cuáles son las causas, tipos y tratamientos más indicados para este tipo de patología.
Las causas por las que se produce el pie zambo, también llamado talipes equinovades, puede ser por una mala posición fetal como apuntan algunos profesionales del sector. O, en su defecto, por causas hereditarias, ya que es una afección genética que puede pasarse entre miembros de una misma familia.
Tipos
Existen diferentes tipos de pies zambos. Dependiendo de la gravedad en la que se encuentre la patología, nuestros profesionales distinguen:
- Postural: Se trata de una dolencia flexible y que aparece por una postura incorrecta a la hora de caminar que termina deformando la zona.
- Genético: Es uno de los casos más severos de deformidad, ya que suele ser muy rígida. El paciente nace con esta malformación, por lo que es necesario un tratamiento más duradero.
- Neurológico: También nos podemos encontrar la artogriposis (contracturas articulares congénitas) o mielomeningocele (defecto del tubo neural en el cual los huesos de la columna no se forman completamente), que pueden deformar los pies provocando este tipo de deformación.
Tratamientos
En cuanto a los tratamientos que existen para esta patología, se aplican según la gravedad. Nuestros especialistas en podología en Málaga nos advierten que debe ser siempre un profesional el que realice una valoración previa, para definir cuál es el método más indicado para cada caso. Para las anomalías más leves, es probable que no se requiera ningún tratamiento, simplemente con algunos consejos y el paso del tiempo se pueda corregir la deformación por sí sola. Para los casos más graves, se debe de actuar de inmediato ya que en niños, los huesos son más moldeables que cuando van creciendo.
Los tratamientos que se realizan pueden ser ortopodológicos o quirúgicos. Dentro del tratamiento ortopodológico, se trata de colocar unas férulas que están indicadas para recolocar la posición del pie, y corregir así la deformación, combinándolo con una serie de ejercicios y estiramientos destinados a corregir esta condición.
En cuanto al quirúrgico, se trata de una intervención en la que se alargará o acortará el tendón del pie. Incluso, en algunos casos, puede ser recomendable cortar el hueso para mejorar la posición.